sábado, marzo 21, 2009

El transtorno del Olvido

Los noticiarios en Occidente dejaban ver nombres y culpables.
La palabra Genocidio quedó prohibida.
Los cuerpos apilados en desfiladeros, los huérfanos y las madres heridas oliendo a destierro.
De la entraña de un continente emanó la realidad de esta especie.
Un millón de cráneos dispuestos a ser redimidos, mas no dispuestos a perdonar.
Y el resto del mundo observa y, a la vez, desoye.

S.E.D.

La bestial división del hombre lo llevó a perpetrar el genocidio más grande de nuestra historia contemporánea, apenas comparable con el exterminio nazi.


El odio entre etnias (Hutus y Tutsis) en la región de Rwanda en África, ha fraguado una división social que se remonta al siglo XVI, donde cortar los genitales del oponente era símbolo de supremacía. Pese a lo primitivo de esta práctica, la lucha de poder fue agravándose.


A mediados de 1972, 350.000 hutus fueron asesinados por tutsis. La masacre generó en julio de 1973 un golpe de Estado de los debilitados hutus, quienes habían estado por generaciones sometidos.


Como suele ocurrir en la mayor parte de las revoluciones sociales, se generó una inquietante paz durante la década de los 80 . Amnistía Internacional calificaba de satisfactorio el respeto de los derechos humanos en Rwanda tras haberse constituído un gobierno Hutu y ceder el control financiero del país a los Tutsis, quienes habían dominado y controlado históricamente al país. Sin embargo de forma clandestina, jóvenes tutsis eran reclutados para recibir una formación ideológica y militar que revertiría
la nueva historia
de su etnia.



Un declive económico hizo que Rwanda perdiera el 40% de sus ingresos por exportación y generó tensiones entre las etnias. Así, exiliados tutsis invaden el país en 1990.
Para 1993 firman un acuerdo de paz y se crea un gobierno de transición compuesto por hutus y tutsis. Pero el odio no muere.

El ejército llama a la confrontación y al exterminio de tutsis. Se planea metódicamente el genocidio. 30 mil militares rondando las calles. Se invierten 134 millones de dólares en la preparación de la masacre. Se reúnen los ministros y políticos para iniciar los preparativos.

La misteriosa muerte del Presidente de Rwanda en abril de 1994 desata la violencia. Cerca de un millón personas fueron asesinadas, cientos de miles de mujeres violadas y sus hijos masacrados. El aniquilamiento masivo tuvo lugar en iglesias, refugios, escuelas...en cada rincón de Rwanda. Un millón de cuerpos mutilados, un millón.

El 75% de los Tutsis fueron exterminados en menos de 4 meses. Los extremistas hutus habían tomado el poder. La ONU dejó a la población civil sin protección. El mundo entero nos conformábamos con ver la masacre a través del Televisor: Del interior de un edificio cenizo cientos de alaridos ahogados por disparos. Desde el edificio cenizo un par de militares arrojan el cuerpo de una niña...la misma que había entrado a ese lugar un par de horas antes a tomar clases.


Bill Clinton impone condiciones al apoyo militar en la zona. Se prohíbe la palabra genocidio y en su lugar, se utiliza oficialmente la expresión Actos de Genocidio.(Pese a que la Cruz Roja emitió un comunicado con la cifra aterradora de muertos, nadie se atrevía a calificarlo de genocidio).

Desde Uganda y Burundi llegaba la asistencia humanitaria que contemplaba la distribución limitada de alimentos. Más de 250.000 refugiados entraron a Tanzania. La UNICEF hizo un llamamiento urgente donde solicitaban 56 millones de dólares para las necesidades más elementales de los refugiados.

Meses después tras el
apoyo
del ejército francés, dos millones de extremistas hutus huyen de Rwanda creando el campo de refugiados más grande de la historia en Goma. Aun así continúan los asesinatos en refugios.

Se habla de crímenes contra la humanidad, de un millón de víctimas del racismo, misoginia y crueldad. Pero poco se habló de la "otra barbarie": la de la complicidad.
Francia apoyó al gobierno hutu con armamento y permitió que sus miembros responsables de las primeras matanzas se refugiaran en zonas seguras. También permitió que controlaran la ayuda humanitaria.

La pacificación del conflicto en Rwanda fue bloqueada por EEUU e Inglaterra. El primero obstaculizó la aplicación de una resolución que aprobaría el despliegue de protección de los refugiados y población civil.

Pero este aparantemente extraño comportamiento se debe a una sola cosa: el
territorio en disputa contiene yacimientos de cobre, cobalto, zinc, plata ,
diamantes, uranio , cadmio y grandes concentraciones de oro.
Descaradamente, frente a los ojos incrédulos de las madres de los niños asesinados, de los padres de las mujeres violadas, de los hermanos de las víctimas destazadas...ante los ojos del mundo, los países occidentales priorizaron la competencia por controlar los recursos naturales de Rwanda por encima de las vidas humanas.
Tú no puedes ser cómplice. El silencio es refugio de cobardes.
Ley?, justicia?, derechos?.

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